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Malcolm Scarpa es el eterno desconocido para el gran pùblico. 24 años de carrera musical, 11 discos publicados (pop, blues, bandas sonoras), aunque fue a mediados de los 90 cuando alcanzó mayor difusión editando 4 maravillosos álbumes (y un quinto de rarezas) mostradas en un incontable nùmero de actuaciones en directo a travès de todo el pais con inigualable sabor a Ray Davies, Brian Wilson, Django Reinhardt... pop, folk, jazz, cabaret...
Y unos cuantos años después regresa y además cantando por primera vez en castellano con Las cosas cambian, un deslumbrante disco que muestra su faceta de estupendo letrista y que mantiene intacto, con más ironía que nunca, ese espíritu de artista alejado de modas y tecnologías que nos cautivó por su sencillez y su magia.
Las cosas cambian está formado por 15 canciones que recorren el espectro pop-jazz-psicodèlico de uno de los mejores compositores del pop patrio. Textos costumbristas que nos hablan de cocinas, farmacias, estancos, paseos, medicamentos... desde un punto de vista muy personal y con gran carga autobiográfica.
Sólo Malcolm puede convertir en maravillosa una experiencia tan simple como un paseo por la calle (reflejado en la sublime El estanco de Paula), retratado como una sucesión de emocionantes momentos con espléndido aire de romanticismo... y con una importante carga de nostalgia por todo lo que en esta sociedad actual, invadida por las nuevas tecnologías, estamos perdiendo.
Producido por el propio Malcolm Scarpa junto a Luis Gonzàlez (C. Reynaldo, Hall Of Fame Records, con el que ya trabajò en el perìodo entre 1993-1996), cuenta con la participaciòn del propio Gonzàlez al bajo elèctrico, escobillas y percusiones; de Luis Prado (Señor Mostaza, ex M-Clan, ex The Flauters) a las baterias y pianos; y de Paco Tamarit (Serpentina, ex The Flauters) a los teclados.
Malcolm es la excepciòn de la mùsica como negocio, con un marcado sello propio, siempre ajeno a modas, normas de marketing, normas sociales, ensayos, siempre a su aire, comprometido ùnicamente con el arte y con el sentimiento en su forma màs real, sublime y cruel. Cualquiera que lo haya conocido en persona sabe que èl es diferente, Malcolm posee lo que cualquier artista desea: talento. Pero Malcolm no es lo que cualquier artista desea ser: un ganador o un vendedor de discos. Malcolm es Malcolm... un verdadero genio.
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